martes, 6 de noviembre de 2012

Nacionalismo (da igual cual)


Cada vez lo veo más claro: los nacionalismos (todos y cada uno de ellos) no son más que las religiones del siglo XXI. Con sus mantras, sus intocables libros sagrados, sus iluminados, sus inquisiciones, sus mártires, sus cruzadas...

¿No aprenderemos nunca?

1 comentario:

  1. El estado-nación es por sí mismo algo demasiado grande para que un sólo individuo pueda abarcarlo, por lo que es necesario dotarse de símbolos claros que permitan la adhesión de los individuos a ese conjunto enorme compuesto por millones de otros individuos.

    La religión fue (y en bastante medida sigue siendo) un aglutinante ideal: Todas las naciones tenían una "religión oficial" que servía para saber quién era parte de la nación y quién no, así como llegar a convencer a los individuos que debían sacrificar hasta sus propias vidas para reforzar el poder de sus naciones.

    Debilitada la religión en occidente, otros aglutinantes han tomado el relevo. La mayoría de las naciones del mundo tienen un "idioma oficial", un "himno oficial", etc. etc.

    Logicamente los estamentos dominantes del estado hacen todo lo posible para potenciar la implantación de todos esos aglutinantes nacionales.

    Les va la propia existencia en ello.

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